martes, 1 de octubre de 2019

Fahrenheit 451

Extracto de Fahrenheit 451 (Ray Bradbury 1953)

¿Cuántas te has tomado esta noche? ¡Las cápsulas! ¿Cuántas te tomarás después sin saberlo? ¡Y seguir así hora tras hora! y quizás no esta noche, sino mañana.
Y yo sin dormir esta noche, ni mañana, ni ninguna otra durante mucho tiempo,  ahora que esto ha empezado.
Se la  imaginó tendida en la cama con los dos operarios erguidos a su lado, no inclinados con preocupación, sino erguidos, con los brazos cruzados.
Y recordó haber pensado entonces que, si ella moría, estaba seguro que no había de llorar. Porque sería la muerte de una desconocida, un rostro visto en la calle, una imagen del periódico; y, de repente, le resultó todo tan triste que había empezado a llorar, no por la muerte, sino el pensar que no lloraría cuando su mujer muriera, un absurdo hombre vacío junto a una absurda mujer vacía, en tanto que la hambrienta serpiente la dejaba aún más vacía.
¿Cómo se consigue quedar tan vacío?— se preguntó.