jueves, 19 de mayo de 2016

Confesiones de invierno 2

Somos seres de destrucción, pero por sobre todo creo, somos seres autodestructivos, no se si a todo el mundo le pasa, o solo soy yo (ojo, que puede ser), pero aveces, quiero sentirme mal, quiero que me de mucha pena y llorar, "botar" como dice mi madre, pero nunca es suficiente.
Cada cierto tiempo encuentro una canción que me vuela la cabeza, y me provoca muchos sentimientos, me alegra, me da pena, y quiero cantarla llorando mientras bajo el cerro en bicicleta, extender los brazos y morir como Meg Ryan en Un Ángel Enamorado (City of Angels), y esta canción me acompaña por horas, días e incluso semanas completas sólo escuchando la misma canción como un mantra enfermizo, y me siento bien y después me siento mal, y la canto y lloro... pero no es suficiente.
En realidad pienso que mi estado natural es así, una melancolía eterna, en el zodiaco soy Cáncer lo que me calza perfecto, puedo lidiar con eso, el problema real es cuando quiero estar alegre, y eso sólo se logra dejando escapar lo que tengo dentro.
Lloro como un niño con la película Intensamente, la escena al final donde la pequeña Riley Andersen le cuenta todo lo que le pasa a sus padres, y llora desconsoladamente, hasta que ellos es un gesto muy humano y paterno, la abrazan, la contienen y la hacen sentir protegida, cálida, amada.

Necesito eso, un útero, un hogar.

La canción de estos últimos días es de un joven de 22 años, un británico cantante de folk llamado Jake Bugg, la canción es, según mi interpretación, una crítica a la autodestrucción, cuando uno (o alguien cercano) busca sentirse mal, y te echas a llorar en la cama y buscas las canciones más tristes que conoces y quieres por todos los medios sentirte horriblemente mal y llorar por horas y perderte lejos, y aun así, no es suficiente... Por que las canciones de amor, no son suficiente...

Mis disculpas por no poner el video como corresponde, hago esto desde mi teléfono así que solo puedo poner el link aquí abajo. Disfruten.

https://youtu.be/X1xNU5cfICw

miércoles, 18 de mayo de 2016

Confesiones de invierno 1

Entiendo que a nadie se le enseña a ser padre, seguro que el mio no tuvo el mejor ejemplo, no lo se la verdad, no conocí a mi abuelo.
Las críticas que le hago a mi padre vienen (en su mayoría) de mi yo adolescente, ese que entendía poco pero creía que se las sabía todas, ese furioso joven, rencoroso y vengativo, el odiador del mundo, el infeliz.
Algo queda de ese adolescente en mi interior, se empezó a mitigar cuando conocí a la que es mi mujer, terminé de cambiar cuando nació ni hijo. El círculo estaba completo, ahora me tocaba a mi ser el padre.
Al momento de hacer una evaluación sobre mi papel y mi actuar en la paternidad, veo necesario contextualizar de donde vengo, ya que creo que al final siendo el hijo de un machista, abusador, mentiroso, drogadicto, controlador  y golpeador de mujeres, ausente y con total falta de cariño, un hombre que terminó sus días en la calle consumiendo pasta base yo, no salí tan mal, no soy perfecto ni muchos menos, pero con suerte moriré sin ser ni la mitad de lo que ese hombre es... y eso muy en lo profundo, me da tranquilidad.

Se puede evitar cometer errores?
Pues no, su nombre lo dice, son errores, pero eso no quita que las  consecuencias resulten dolorosas para los demás, tampoco es excusa la falta de imagen paterna, aunque sea esa la respuesta correcta, ya que la mitad de lo que somos como personas es determinado por tu entorno sociocultural y nos define como personas. Podríamos alegar que nadie nos enseñó a hacer las cosas correctas, y sería verdad, pero no te quita ni un gramo de responsabilidad en tus actos.

Tengo todo muy revuelto en mi cabeza hoy, me siento muy deprimido, con pena en el interior e indiferencia por fuera, una muy eficaz armadura que te aleja del mundo, te blinda del contacto humano y te hace sentir protegido, en una fortaleza de soledad profunda.
Hace más de un mes que no hablo con mi madre, no quiero mentir a la hora de responder como estoy, ella necesita saber que estoy bien, yo la necesito a ella pero,  como no estoy bien, la evito, ya ha sufrido bastante como para que se entere de mis problema, antes de que yo me haga responsable de los mismos. Aveces la distancia es la mejor protección, así lo entendemos nosotros al menos.