miércoles, 18 de mayo de 2016

Confesiones de invierno 1

Entiendo que a nadie se le enseña a ser padre, seguro que el mio no tuvo el mejor ejemplo, no lo se la verdad, no conocí a mi abuelo.
Las críticas que le hago a mi padre vienen (en su mayoría) de mi yo adolescente, ese que entendía poco pero creía que se las sabía todas, ese furioso joven, rencoroso y vengativo, el odiador del mundo, el infeliz.
Algo queda de ese adolescente en mi interior, se empezó a mitigar cuando conocí a la que es mi mujer, terminé de cambiar cuando nació ni hijo. El círculo estaba completo, ahora me tocaba a mi ser el padre.
Al momento de hacer una evaluación sobre mi papel y mi actuar en la paternidad, veo necesario contextualizar de donde vengo, ya que creo que al final siendo el hijo de un machista, abusador, mentiroso, drogadicto, controlador  y golpeador de mujeres, ausente y con total falta de cariño, un hombre que terminó sus días en la calle consumiendo pasta base yo, no salí tan mal, no soy perfecto ni muchos menos, pero con suerte moriré sin ser ni la mitad de lo que ese hombre es... y eso muy en lo profundo, me da tranquilidad.

Se puede evitar cometer errores?
Pues no, su nombre lo dice, son errores, pero eso no quita que las  consecuencias resulten dolorosas para los demás, tampoco es excusa la falta de imagen paterna, aunque sea esa la respuesta correcta, ya que la mitad de lo que somos como personas es determinado por tu entorno sociocultural y nos define como personas. Podríamos alegar que nadie nos enseñó a hacer las cosas correctas, y sería verdad, pero no te quita ni un gramo de responsabilidad en tus actos.

Tengo todo muy revuelto en mi cabeza hoy, me siento muy deprimido, con pena en el interior e indiferencia por fuera, una muy eficaz armadura que te aleja del mundo, te blinda del contacto humano y te hace sentir protegido, en una fortaleza de soledad profunda.
Hace más de un mes que no hablo con mi madre, no quiero mentir a la hora de responder como estoy, ella necesita saber que estoy bien, yo la necesito a ella pero,  como no estoy bien, la evito, ya ha sufrido bastante como para que se entere de mis problema, antes de que yo me haga responsable de los mismos. Aveces la distancia es la mejor protección, así lo entendemos nosotros al menos.