Hablar de Salvador Allende es hablar de el sueño de todo un pueblo, toda una nación marcando un precedente en la historia humana, una nación convertida al Socialismo por voluntad propia, no por el uso de las armas como lo hicieran Fidel y el Ché en cuba, sino que con el uso de la palabra, Allende les vendió un sueño, y el sueño se cumplió.
En documentales he visto al pueblo, mi pueblo Celebrando en las calles, calles repletas de corazones alegres, como nunca mas pudieron verse.
Hablar de la historia es cosa del pasado, de como el mismo pueblo que lo elige lo deja morir a manos de quien fuera encargado de proteger al presidente y a la nación contra un golpe de estado, han de notar la ironía en esto, el gato cuidando la carnicería.
Demás esta nombrar que la oposición al gobierno de Allende recibió dinero de EEUU, Italia, Bélgica e incluso del Vaticano para hacer una contra propaganda a la propuesta electoral del entonces no elegido aun Presidente, y ni aun con el apoyo de Naciones Externas y entidades de otros Gobiernos como
Lastima que por mi edad no alcance a palpar ese gozo, esa felicidad que había en el aire, me habría encantado caminar por las calles cantando y riendo; Después vino el sabotaje, el descontento forzado de un pueblo y el sacrificio de un soñador, el único que cumplió fielmente lo que prometió "el lugar de un presidente es en