Me cuesta demasiado saber en todo momento que es lo que pasa por tu cabeza, la condescendencia no es una de mis virtudes.
No se como poder ayudar y se supone que que lo haga, pero aveces lo haces tan difícil. Volviste a ser esa mujer amargada y triste que fuiste por años, cuando se supone estaríamos mejor, cuando se supone que sanarias mi corazón, o al menos estaríamos en paz, hace un par de días me volviste a decir "te amo", lo peor es que te creí.
No soy un idiota y creo saber que te pasa después de todo, es desde aquel domingo... mientras estuve sólo y sin amigos no tuvimos mayores problemas, pero desde ese domingo donde te comente que conocí a alguien, con quien podría tener una linda amistad, todo cambio en ti, fue tan evidente, tu sistema de defensa de activo, y yo aun seguía ilusionado con tu "te amo", pero de mi soledad depende que está relación funcione, y no lo dices por que entonces yo tendría razón, la Epifanía que tuve sería realidad: tu no vas a cambiar.
Tus celos ya me han costado caro, recién estoy superando y aceptando la pérdida de mi más antigua amiga, la más querida, sé que puedes llegar a imaginar lo que esa persona significaba para mi. Todo por el bien de nuestra relación.
Volvemos a empezar justo donde nos quedamos, con los sacrificios de ambos sobre la mesa, tengo tanta o más culpa que tu en el estado de las cosas, te lo he dicho, lo intente, me aburrí.
De nuevo depositamos la esperanza en terapeutas y pastillas, espero ésta vez si funcionen y puedan erradicar esos celos que no permiten que tenga gente cerca, yo asumí un compromiso y lo cumplo con respeto sobre todo hacia ti, espero lo mismo, ambos nos hemos fallado antes.