Se termina el año y es tiempo de recuentos por todas partes, pero si tuviera que medir el 2010, lo haría por las cosas que no hice, así podría saber ciertamente si fue un año productivo o no, al menos eso creo.
No pude superar las entradas de mi blog del año pasado, a medio año me quede sin inspiración y al menos por dos meses simplemente no escribí nada, no junte plata para las vacaciones, no me pude comprar una x-box, no arregle el computador, no termine de escribir el libro que empecé en Julio, no baje el ultimo disco de Placebo, no me termine el Black de Ps2, no conseguí todas las escorias del Final Fantasy XII, no encontré todos los orbs azules del Devil may cry 3, no seguí grabando el podcast de Bajo la cama, no hice el mezclado bailable para estas fiestas, no compuse la canción en guitarra que quería, no aprendí la respiración circular para tocar el didgeridoo, no termine de pintar la casa, no me arregle con el gato, no me aumentaron el sueldo, no vi las películas que me compre desde el 2008, no fuimos nunca a acampar, no compramos los sacos de dormir en invierno (que es mas barato), no arregle la tina del baño, no escribí una publicación sobre el terremoto del 27 de Febrero, no fuimos al cine a ver Avatar 3d versión extendida, y un montón de cosas mas que ahora ya no tienen importancia.
Como el fantasma de la navidad pasada, vienen a mi ideas y sentimientos que me hacen sentir extraño, hace un año creí haber matado a aquel grinch que vivía dentro de mi, pero al parecer no quedó del todo muerto, mirando hacia el pasado nunca me importo mucho la navidad, muchos años de no hacer nada especial, la cena familiar, las peleas familiares y las mismas rutinas de todos los años, la pena, la angustia, la tristeza, la soledad.
Es cierto, hace un par de días que me siento realmente deprimido, tal vez es por la fecha o por las cosas banales que enumere al principio, tal vez es la crisis de los 25 si es que algo como eso existe, tal vez el trabajo y el estrés, tal vez es que realmente no me gusta la navidad, me declaro uno de sus detractores, y lo del año pasado fue solo una gota de entusiasmo, los llantos nocturnos y la melancolía así me lo indican, pero a pesar de estar deprimido reconozco que ese es mi estado natural, como Ebenezer Scrooge, ese del cuento de 1843 que recibe la visita de los fantasmas de la navidad pasada, presente y futura, solo que a mi nadie ha venido a salvarme.
Deprimido o no deprimido en la noche me espera una cena con la familia, regalos, tragos y todo lo que viene después.
Feliz navidad.
El sigueinte tema es una de mis favoritos, no pude revisar el audio del video, en casa lo reviso t si esta malo lo cambio, disfruten.